La suerte, que pasa cruzándose indiferente y nos demuestra que no hay nada escrito, las ganas de callarse. Que no pase y ahí estás para demostrar que sí, el caos e irrealidad, el gris y el levantarse sin saber. El negarse a deshacerse del hilo que nos une, cada hora, cada segundo, más fino. El dolor tiene el reloj roto, y las ratas me cubren de olor a frambuesa.
No sé decir qué siento.
The reason I hold on...
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