¿Y si no puedo volver a pensar con claridad nunca sin sentir un profundo dolor? ¿Y si ya es tarde y me he abandonado definitivamente?
Estoy tan cansada. El esfuerzo de olvidar es inconmensurable. El optimismo, las sonrisas, cuestan tanto. Y luego, lo glacial... Es aún peor. Pensar e intentar no volver alpunto de partida, avanzar, y es tan lento, milímetro a milímetro, que parece que nunca se va a curar. ¿Por quién hago esto? ¿Por quién dejo de pensar? A veces es bueno, pero llorar tampoco puedo.
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Su calor es puro veneno, y eso es lo que yo ya echaba de menos.
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