Vergüenza me daría vivir siendo como tú todo el día. Estás podrida por dentro. Débil, asquerosa, hecha un lío, culpable de tantas cosas, contra ti misma y contra el mundo. La misantropía habita en el fondo de tus entrañas.
Y aún así te las arreglas para que la gente vea una virtud en ti que no es más que la obra mal hecha de un ilusionista borracho y empachado de su propio ego, y que no puede crear nada más allá de un engaña bobos. Un trampantojo mal pintado de inteligencia, fuerza y bondad que se desquebraja a la segunda mirada. Qué pena que los que están a tu alrededor estén ciegos frente a las mentiras que proyectas, porque ni el peor círculo dantesco del infierno es suficiente para ti, gusano, parásito, víbora, sanguijuela que vive de la muerte lenta y dolorosa de los demás.
Vergüenza me da...
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Feliz entrada 50, los cojones,
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