miércoles, 24 de octubre de 2012

Who's your favourite?

Me considero una mujer adulta, pero cuando se trata de ti no soy más que una niña. Con rabietas y momentos de inexplicable felicidad, con euforias momentáneas.
No es excusa, pero creo que es la única forma de amar sinceramente que conozco. De amarte pura y plenamente, con cada célula y con cada pensamiento.

(Aunque, de vez en cuando, se me ocurre una buena forma de amarnos como adultos, if you know what I mean)
Curiosa, la felicidad.

***

"¡Cuánto tarda en disiparse la esperanza en la cabeza de quien se aferra a bagatelas y, escarbando curiosamente en busca de tesoros, se siente feliz si encuentra lombrices!"
"Fausto", de Johan Wolfgang von Goethe.

martes, 23 de octubre de 2012

Chocolate.

 Constancia, tranquilidad, amor, optimismo.
El deber como concepto de riesgo, algo así como el pensador que jamás contestó una pregunta. Los abrazos contrarrestan el dolor y el miedo, y me hacen querer dibujar. El mundo está hecho de juicios y percepciones, no de cosas. En realidad somos como los demás, y no entiendo cuál es el sentido de la vida y del legado.

***

"I like people who don't smile. Ever. And I like people who smile. I like hair that goes on and on. I love food. Today, Ainsley, I've brought some things for the cook to cook. Oh. In some ways I love... everything. It's less of a thing than like. Less distinct. Less particular. I like things that I like, but I love everything. There's more choice in like. Because even the worst things have things to love in them. I love things so much, I feel like I can float away. I hate shoes. I hate people who change their voices when they say something important. I hate my thighs. I hate war. I hate swimming costumes that cling. I hate dripping taps. But... I also sort of love dripping taps. I hate invitations. I hate radiators. I hate this. Wow, sorry, Dr. Stock."

sábado, 20 de octubre de 2012

Traición.

Cuando siento el bolígrafo en la mano, el teclado bajo los dedos, las hojas vacías dispuestas a llenarse de palabras que tal vez se guarden en un cajón o que tal vez las lea alguien para después olvidarse, pero que están llenas de significado, de forma, de historia y de sentimientos, entonces siento que mi vida está llena.

Cuando una idea empieza a formarse en mi cabeza y se hace cada vez más grande, hasta que a gritos me pide transformarse en palabras que nadie leerá, cuando sobre mi cuaderno se mueve el boli con rapidez, sin pensar, entonces siento que mi vida está llena.

Porque cuando escribo lo demás no importa. Sólamente estamos las palabras y yo. ¿No es maravilloso que tan solo 27 letras puedan expresar tanto? ¿No es impresionante lo que un libro te puede llegar a hacer soñar, pensar y sentir, sólo porque a alguien se le ocurrió escribir?

Hoy he recibido un e-mail de una chica que escribe una columna en una revista. Y me decía:

"...Pero ellos no entienden que no es lo mismo vivir de lo que te apasiona, eso sí que es una vida plena y no un sucedáneo de vida con el que no tenemos porqué conformarnos..."

Creo que tiene razón. Sueña, lucha, y vive por tu sueño.


***

Simbiosis, 9 de febrero de 2009

"No sé qué importa lo que esté escrito. No creo que importe si se trata de personas. Se tacha y ya está."  
Adán Young, en Buenos Presagios, de Neil Gaiman y Terry Pratchett