jueves, 1 de diciembre de 2016

Pfff...

                                                                                       Por qué
                 cuando caigo
  no me da tiempo
                                                                a levantarme
                             antes
                                            de caer
           de nuevo.
                                                Cojones ya.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Châtiment

Se les llenaba la boca de palabras grandes. ¡Gloria!, gritaban. No vi en sus ojos un asomo de cinismo. Pero noté cómo una media sonrisa mordaz se dibujaba en mi rostro. Hablaban de éxito, de comienzos y de metas. De trabajo duro y plenitud. De cambio. En resumen, de mentiras.

En realidad, envidié su energía. Envidié su esperanza. Aquella inocencia, tan pura que les hacía pensar que eran capaces de modificar su ser, como si fuera posible abrirse en canal y sacarse el alma. Aún estaban ciegos, no sabían que la esperanza nace de los espejismos y que el único cambio es la muerte.

Hablaban de amor.

Gritaban victoria.

Dejaron el seno de su hogar en busca de tiempos mejores. Tuvieron valor, y avanzaron hacia la senectud en busca de sabiduría, pudriéndose por el camino, deshaciéndose, forzándose a no pensar que habían dejado atrás la llama por la que seguir vivos. Porque, ¿cómo se admite que te has equivocado, y aquello por lo que has luchado es solo papel mojado? Siguen adelante, porque sólo hay algo peor que esta sinrazón: El camino de vuelta.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Pause

Día 117 de mi vida en pausa.

Diremos que ya no hay rabia, ya no hay dolor, si la frustración pugna por salir del fondo de mis entrañas porque en mi espalda faltan tus garras. Ya no te diré lo siento, te quiero, revivo por tus labios en mi cuello. Me alejaré del mar por hundirme en tus ojos, y beberé tu rabia hasta que mi letargo se convierta en ansiedad, que dejaré escapar como pájaros que cabalgan mis gritos.

Adiós. Te atisbo un segundo y mis nervios se disparan. Saco lo que quema, solo quedan huesos, siempre con la pena, extraje el veneno. La pausa evapora la juventud, y solo las puñaladas me harán sentir el calor mientras se escurre la sangre entre mis dedos.

125

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Desolée

J'ai tout gâché avec mes murs inutiles
(ou si efficaces qu'ils ont réussi à me éteindre le coeur)
Comment expliquer le caractère déraisonnable de mes manières?
Qui ne risque rien n'a rien, comme même...

Je pensais que ce ne serait pas souffrir.
Grosse erreur.

miércoles, 20 de julio de 2016

Déjalo cuando estés ganando

Justo en el momento en el que la montaña rusa llega arriba, en el que me tiemblan las piernas por las palabras esculpidas con su lengua. Despedidas anestesiada, con los dedos cruzados para que todo lo importante no se diluya en el tiempo y la distancia. Dios, como os quiero, hijos de puta.

jueves, 2 de junio de 2016

Grown up yet?

-Déjame en paz.
-Pero... ¿Sigues enfadada?
-No. He llegado a una conclusión sabia y frustrante, y necesito estar sola.
-¿Qué conclusión?
-Que mi enfado nace más de mis faltas que de las vuestras, y que será más constructivo enmendarlas que culparos, autocompadecerme y tener una rabieta.
-¡Vaya! Asumes responsabilidades. Estás madurando, ¿sabes?
-Sí, y también... perdiendo todo atisbo de satisfacción.

viernes, 20 de mayo de 2016

De las dudas infinitas

Me toca. Me toca y me revuelvo, me estremezco. Me toca.

Oh, Calíope envenenada que siempre llegas acompañando al miedo.
Oh, musa torturadora de la que el hombre ansía compañía pero detesta cuando llega. Cortas con la afilada hoja de aquello que llamamos deseo y fluye la tinta cual sangre, doliendo y llenando la copa de extraña satisfacción, extraño desaliento. Bailas con las notas y las letras, entre el vino y el corazón, y sellas con tu baile la mirada del amante, el desprecio del amado.

Los corazones se encogen. América cierra el libro y posa la pluma. No volvió a buscarla.

lunes, 1 de febrero de 2016

Anodino

Y aquí, boqueando en busca de un atisbo de conversación estimulante, y lo más parecido es el ruido incesante de las letras del teclado, del bolígrafo en el papel. ¡Enséñame algo nuevo! Escucha mis teorías, muéstrame que estoy equivocada, valora que mi cabeza sirve para algo, demuestra que la tuya no está de adorno.
Maldita sea, hace cuánto tiempo ya. Sustituir el entusiasmo del aprendizaje por el embotellamiento del alcohol y las conversaciones triviales... No parece muy inteligente. Pero Dios, hoy parecía que lo tenía. Y no. Para nada. ¿Dónde han quedado las horas despierta discutiendo? Metafísica, cultura, biología. Lo que sea. ¿Está el mundo vacío? ¿A nadie le interesa ya? ¿Solo podemos hablar de cómo te vas a peinar, o de aquella noche que hicimos algo que se salió de la norma? Piensa más allá. Sube más rápido. No dejes que me hunda yo también. Duele. Duele ver que ahora casi es inalcanzable, solo puedo ver las sombras. Sé brillante, e ilumíname un poco con tu luz. Porque a mí... A mí se me ha olvidado cómo encenderla.

sábado, 30 de enero de 2016

Deja que me muera, pero a tu vera

Que es jodidamente difícil elegir entre estabilidad o intensidad.

Que tengo 22 años, y me da igual vivir deprisa que despacio, quedarme, volver, avanzar. 
Que con alguien al lado se me hace más fácil despertar. 
Que las cosquillas en mi espalda me hacen olvidar.



Báilame desnuda o con ropa, pero sin dudas.