viernes, 4 de septiembre de 2015

3. I hope I become a Ghost

"La vida no es fácil". Bueno, la vida en sí es fácil. Es increíble, es maravillosa, es complicada de entender, es un cúmulo de casualidades tan grande que en la ínfima extensión de la nuestra no llegaríamos ni a acercarnos al concepto de una forma infinitesimal. Pero vivir no es complejo, es decir, lo puede hacer un caracol. No me digas que la vida no es fácil.

Lo difícil es la consciencia. Cuanto más nos acercamos al final del pelo del conejo, más comprendemos lo doloroso que es ser una criatura consciente. Lo difícil que es no tener respuesta y aún así, por nuestra naturaleza extraña y contradictoria, seguimos buscando, aunque no haya esperanza. Aunque cada momento brillante se traduzca en una punzada de dolor en nuestro corazón.

He salido de la comodidad, y qué sorpresa, ¡estoy incómodo! Pero, de alguna forma, es fascinante. ¿Quién es más estúpido? ¿Aquel que se rinde a la estupidez colectiva y lleva una vida cómoda y feliz o aquel que se entrega a las garras del conocimiento y de la moral, sabiendo a cada paso que despedazarán su esperanza, su visión y su ilusión? Los pensamientos más oscuros sobre los propósitos de la vida humana, de un conjunto de valores sin finalidad acuden a mi mente cada vez que empieza a trabajar, aunque sea un poco. La naturaleza humana pone por delante a la especie que al individuo y aún así creéis que sois vosotros, con vuestra "moral superior" a la del animal, vuestras religiones y sociedades cuidadosamente formadas para engañaros a vosotros mismos y no aceptar que, sencillamente, estáis condicionados por quién sabe qué para un propósito mayor, que es la supervivencia de la humanidad mucho antes que la vuestra. Y a los pocos que no se dejan llevar por esa naturaleza los apartáis de la humanidad, porque no habita humanidad en su interior, habita amor. Amor por la vida. Amor por su propia vida por encima de las demás. Pero no digo que esté mal. Así es como debe ser, debemos apartar a aquellos que no cumplen los estándares de la especie, porque es la forma de seguir garantizando siglos de humanidad. Pero te pregunto, a ti, ahora, como individuo, ¿para qué?

O puede que lo que digo ahora sean solamente delirios de medianoche antes de rendirme de nuevo a la estupidez colectiva, apagar mi mente y volver a mi humanidad, cómoda y calentita.

Buenas noches.