sábado, 19 de noviembre de 2016

Pause

Día 117 de mi vida en pausa.

Diremos que ya no hay rabia, ya no hay dolor, si la frustración pugna por salir del fondo de mis entrañas porque en mi espalda faltan tus garras. Ya no te diré lo siento, te quiero, revivo por tus labios en mi cuello. Me alejaré del mar por hundirme en tus ojos, y beberé tu rabia hasta que mi letargo se convierta en ansiedad, que dejaré escapar como pájaros que cabalgan mis gritos.

Adiós. Te atisbo un segundo y mis nervios se disparan. Saco lo que quema, solo quedan huesos, siempre con la pena, extraje el veneno. La pausa evapora la juventud, y solo las puñaladas me harán sentir el calor mientras se escurre la sangre entre mis dedos.

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